El Alcalde de Barcelona, Joan Clos i Matheu es alcalde de esta ciudad desde septiembre de 1997. En 1999 fue elegido para un mandato de cuatro años y fue reelegido después de las elecciones municipales del 25 de mayo de 2003. Joan Clos nació en Parets del Vallès el 29 de junio de 1949. Licenciado en medicina se graduado en la primera promoción de la Universidad Autónoma de Barcelona. Cursó sus estudios en el Hospital de Sant Pau, joya modernista de Barcelona. Aunque en un primer momento ejercio como anestesista, decidió cambiar radicalmente su trayectoria profesional y se orientó hacia la epidemiología, la medicina comunitaria y la gestión de recursos sanitarios, especialización que estudió en Edimburgo, Escocia. Participó en los movimientos profesionales antifranquistas y de renovación de los servicios sanitarios. Durante la transición política, trabajó en el Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS) con el colectivo de médicos que defendían la transformación política del país como instrumento de recuperación de la dignidad. Joan Clos tiene el convencimiento total de que las ciudades tienen que jugar un papel determinante en los equilibrios del mundo, porque es en las ciudades donde se plantea la convivencia entre grupos y personas diversas, donde se consolida la democracia y donde se ejerce mejor la participación.
Joan Clos ha potenciado el papel de Barcelona como líder de las ciudades del mundo. Fue como representante de las ciudades que Joan Clos habló en la asamblea general de la ONU para reclamar más protagonismo de los gobiernos urbanos en la construcción de la paz, la expansión de la democracia y la aplicación de políticas de equidad. Barcelona ha sido elegida sede permanente de United Cities and Local Governments, el organismo que agrupa a ciudades de todo el mundo, nacido de la fusión de las diversas plataformas existentes hasta entonces. Joan Clos ha encabezado el proceso de transformación de la ciudad industrial nacida en el siglo XIX hacia la "ciudad del conocimiento", propia del siglo XXI. En la consolidación de la potencia económica, cultural y de bienestar de Barcelona, son determinantes dos elementos. Primeramente la dimensión metropolitana de la ciudad, que le otorga un peso parecido al de otras ciudades europeas de primera fila, con las que puede competir de tú a tú. Segundo, la clara voluntad de que los beneficios del dinamismo de Barcelona lleguen a todos los rincones de la ciudad, equiparando en calidad a los barrios, y en oportunidades y servicios a todos los barceloneses y las barcelonesas. El Fórum de las Culturas del 2004 puso la ciudad al servicio del diálogo y la convivencia entre culturas, lenguas, realidades y creencias de todas partes, con el objetivo de impulsar el conocimiento entre personas, el respeto por la diversidad, la sostenibilidad y la paz. Se completo con el Fórum la reforma del frente marítimo y de integrar en la ciudad las grandes infraestructuras de servicios, convirtiendo una zona deficiente en un nuevo polo de desarrollo y vida ciudadana. Nuevos proyectos de reforma urbanística –los futuros barrios de Zona Franca y Besòs y la reforma del área de la Sagrera con la llegada del AVE— facilitarán el acceso a la vivienda de los colectivos con menos recursos y crearán zonas urbanas de calidad, densas, vivas, populares, en lo que era hasta el momento terreno industrial obsoleto. El "reciclaje" del suelo permite crear ciudad sin consumir terreno y, al mismo tiempo, optimiza la oferta de servicios y equipamientos, de modo que Barcelona crezca de manera sostenible
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